La pandemia del COVID-19 ha generado numerosas respuestas individuales y de grupos pequeños sobre cómo podemos transformar la educación. Hemos visto que existe un gran interés en torno a la siguiente pregunta: «¿Cómo podemos aprovechar mejor las nuevas oportunidades derivadas de esta situación tan crítica?». La sociedad necesita desesperadamente oportunidades para formar equipos, encontrar formas de profundizar en el aprendizaje de alumnos, profesores y participar en nuevos métodos lectivos que den mejores resultados.
En este estudio, te contamos las soluciones que tenemos ante nosotros. Disponemos de la oportunidad de gestionar de forma creativa los problemas inmediatos y aprender de esta experiencia en remoto, mientras construimos puentes hacia un sistema educativo reinventado.
Planteamos una estrategia para avanzar a partir de esta crisis hacia un sistema centrado en el futuro en tres fases:
Fase 1
Disrupción, en la que se identifican las respuestas iniciales y las lecciones aprendidas durante los primeros meses de cierre de los centros. A medida que la disrupción ha ido afectando a los sistemas educativos, han tenido que pasar por tres zonas: la Zona de Inestabilidad, la Zona de Aprendizaje, y la Zona de Crecimiento (consulta las páginas 3-4 del estudio). Estas zonas no están estrictamente delimitadas ni aisladas y puede que ni siquiera se sucedan de forma secuencial. Entre las preguntas planteadas en cada una de las zonas, se ofrece una perspectiva para que el propio sistema educativo reconozca en qué ámbito se mueve y adopte las medidas pertinentes.
Fase 2
Transición, donde se describen las formas de afrontar la planificación de la reapertura mientras la pandemia sigue creando incertidumbre. A medida que los sistemas escolares se vuelvan a abrir, la flexibilidad será esencial, ya que la nueva normalidad puede incluir una combinación de aprendizaje en remoto y presencial. Hay cuatro directivas claves para afrontar la fase de transición, entre las que se incluyen:
- Ser consciente del bienestar
- Reflexionar sobre las lecciones aprendidas
- Gestionar la seguridad y las operaciones
- Liderar el programa de aprendizaje
Fase 3
Reinvención, donde se establece una visión que permite prosperar a todos los alumnos y los prepara con habilidades para enfrentarse a la ambigüedad y el cambio. Esta fase se nutre de lo mejor de los enfoques tradicionales, las prácticas innovadoras y los conocimientos del aprendizaje en remoto para dar forma a modelos de aprendizaje híbrido nuevos, flexibles y ágiles. Esta época de incertidumbre ha puesto de relieve la siguiente pregunta: ¿qué tipo de aprendizaje se requiere de 2020 en adelante? Para reinventar el aprendizaje, tenemos que reflexionar sobre lo que sabemos acerca del aprendizaje, nuestros alumnos, el nuevo rol de la tecnología y la complejidad de un futuro incierto.
Hay seis preguntas clave que pueden ahondar en esta reflexión y utilizarse para implicar a todos los que deben formar parte de la solución:
- ¿Qué conocimientos, capacidades y atributos necesitan nuestros alumnos para prosperar en un mundo tan complejo?
- ¿Qué tipo de aprendizaje se necesita ante esta complejidad, ahora y en el futuro?
- ¿Cómo podemos garantizar la equidad?
- ¿Cómo contribuimos al bienestar?
- ¿Qué hemos aprendido del aprendizaje en remoto?
- ¿Cómo se puede aprovechar mejor la tecnología para el aprendizaje en el futuro?
Cuando nos ponemos a debatir y a plantearnos nuevos formatos de aprendizaje, nos damos cuenta de que hay mucha gente que quiere aprovechar la oportunidad para alterar el paradigma básico de aprendizaje, basado en lecciones magistrales y libros de texto. En lugar de ello, se empiezan a reclamar nuevos modelos que resulten atractivos y que permitan a los alumnos verse inmersos en una docencia más auténtica y significativa. Algunos de estos nuevos paradigmas ya se han desarrollado allí donde se han puesto en práctica sistemas de «aprendizaje profundo». Las experiencias de aprendizaje profundo son aquellas que hacen que lo aprendido se recuerde de por vida. Son métodos profundamente personalizados, colaborativos, centrados en los alumnos e intrínsecamente motivadores para ellos, ya que trabajan en temas que les resultan verdaderamente interesantes. Cuando los entornos de aprendizaje incluyen a todos los alumnos como contribuyentes y agentes del cambio, los alumnos empiezan a desarrollar una sensación de eficiencia. Las relaciones y la implicación, dos factores que son garantes del aprendizaje, es donde se pone el énfasis en este modelo centrado en el alumno. La expresión, la elección y la voluntad son esenciales para el aprendizaje profundo.
¿Cuál es el aspecto de la educación en el nuevo entorno híbrido? La tecnología desempeñará un papel prominente en el servicio de dos de los principales pilares del ser humano: el bienestar y el aprendizaje. Durante las fases de disrupción y transición, la tecnología es crucial para conectar tanto a la sociedad como a los alumnos. Ha emergido una forma más potente en que se puede usar la tecnología, al pasar de ser simplemente un sistema de entrega a un vehículo de colaboración, descubrimiento, comprensión y acción. A su vez, el bienestar (mental y físico) y sus relaciones asociadas serán fundamentales para el aprendizaje. Además, se cultivará el aprendizaje en sí mismo y se desarrollará sobre el sentido de propósito de los niños y los jóvenes a la hora de contribuir a un mundo mejor, tanto para sí mismos como para los demás.
Cada niño necesita y merece una gran educación. Ya es un hecho reconocido en todo el mundo que los sistemas educativos deben mejorar y probar nuevos enfoques para cumplir esa promesa. Para ayudar a garantizar el bienestar y el éxito académico de todos los alumnos, debemos replantearnos los planes de estudio, las prácticas docentes y de evaluación, el papel de los maestros y alumnos en el entorno de aprendizaje, etc.
Creemos que el cambio repentino al aprendizaje en remoto en todo el mundo, aunque ha resultado tremendamente difícil, ha impulsado a los líderes escolares y a los educadores a reflexionar intensamente sobre qué funciona mejor para los alumnos y qué innovaciones se deberían adoptar. A su vez, esto puede causar un aumento de la presión por que se realicen cambios políticos importantes. Hará falta creatividad y mucho trabajo para avanzar en estos cambios mientras impulsamos el aprendizaje de los alumnos y garantizamos el bienestar de los jóvenes y los educadores. Al tener como objetivo este tipo de transformación, estaremos intentando lograr un mejor futuro para la humanidad.
¡Es crucial que actuemos ya!
Para comprender mejor este tema emergente, te animamos a que descargues el documento completo y te veas el seminario web en el que Barbara Holzapfel y Mike Tholfsen, de Microsoft, moderarán un debate con nosotros sobre el futuro del aprendizaje. Esperamos que estos recursos te ayuden a reinventar la educación de cara al futuro.