Supongo que se puede decir que soy una pionera en esto del teletrabajo. Hace unos 15 años, cuando el teletrabajo estaba en su más tierna infancia, era responsable de movilidad y convergencia en una gran empresa de telecomunicaciones. Un buen día, decidí poner en práctica lo que predicaba y me empeñé en teletrabajar siempre que podía. Incluso me negué a tener una línea fija o de fibra y, en su lugar, utilizaba las viejas tarjetas Vodafone Connect, ¿las recuerdas?
Hoy en día, tenemos una tecnología muy superior. Nuestros hogares cuentan con excelentes portátiles y teléfonos, con software avanzado, como Microsoft Teams, y con conexiones 5G o de fibra. Sin embargo, parece que nos hemos olvidado de algo, y es que no es suficiente con que la tecnología esté preparada para las personas, las personas también deben estar preparadas para la tecnología.
Por razones obvias, durante los primeros meses de 2020, ha urgido la necesidad de organizar el trabajo de forma flexible. Sin embargo, adaptarse a nuevas formas de trabajo lleva tiempo. Es comprensible que, para muchas personas, la transición no resulte fácil
1. Enciende la cámara
Más del cincuenta por ciento de la comunicación no es verbal. Por tanto, la cámara puede ayudarte a entender a los demás y a hacer que te entiendan.
Además, tener la cámara encendida te hace más responsable: es una razón más para seguir una rutina, para vestirte y comportarte como si estuvieras en la oficina.
2. Utiliza la funcionalidad de chat de Teams
Si utilizas Microsoft Teams, el chat es un excelente mecanismo para mantener el dinamismo en reuniones con muchos participantes. Es posible que solo hablen unos pocos, pero conviene animar a los demás a que comenten lo que se está diciendo, plateen preguntas, creen pequeñas encuestas o simplemente añadan emojis y reacciones. Resulta de gran ayuda que todo el mundo participe.
3. Utiliza auriculares
Hasta hace muy poco, cuando las medidas de confinamiento se suavizaron ligeramente, tenía a dos niños estudiando en casa mientras trabajaba, así que los auriculares eran una gran ventaja.
Y si son de esos con cancelación de ruido, mucho mejor. Te ayudarán a mantener la concentración y a evitar distracciones vivas con quien vivas.
4. Programa los descansos
Es fácil olvidar que, de forma natural, haces un montón de descansos cuando trabajas en la oficina y celebras reuniones cara a cara. Piensa en cómo integrar estos descansos en tu horario ahora que trabajas en casa.
5. Intenta moverte
Reserva tiempo en tu agenda para ello.
Si tienes espacio, también puedes moverte por casa y trabajar en diferentes lugares. Algunas reuniones pueden ser muy formales. En ese caso, intenta elevar el portátil hasta la altura correcta y regula la iluminación de la habitación. Pero, si se trata de una charla informal o te reúnes con una sola persona, tal vez prefieras sentarte cómodamente en el sofá o en una silla menos recta. Si prefieres que la gente no vea lo que hay detrás, utiliza la funcionalidad de desenfoque para mantener la privacidad del entorno.
6. Transición entre roles
Es posible que las circunstancias te obliguen a desempeñar diferentes papeles: trabajador, socio, padre o madre, profesor en casa… Tal vez seas capaz de hacerlos todos perfectamente bien, pero es poco probable que puedas desempeñarlos todos al mismo tiempo.
Intenta organizar el día para que solo tengas que centrarte en uno de estos papeles en cada momento. Si puedes, dile a tu familia: «Ahora, voy a trabajar. Nos vemos en cuatro horas», vete a otra habitación y cierra la puerta: ya no estás disponible.
Haz lo mismo con el tiempo que dedicas a tu familia o a ayudar a los niños con sus tareas. Muchas personas creen que deben estar disponibles en todo momento y trabajan en exceso cuando están en casa. Establece un horario y no cojas llamadas ni mires el correo en ese tiempo.
7. Mantén las relaciones
Es posible que, durante el confinamiento, hayas descubierto nuevas formas para mantenerte en contacto con tus amigos y familiares. Si es así, genial. Pero no olvides que la interacción entre los compañeros de trabajo también es vital.
Solo requiere un poco más de planificación. Por ejemplo, puedes organizar una reunión diaria a la hora del café o unas copas los viernes, momentos en los que las conversaciones de trabajo deben reducirse al mínimo. Tal vez puedas organizar una comida con un colega a través de Teams, igual que lo harías en la cafetería de la oficina.
Esto no solo es importante para fomentar la motivación y la salud mental, sino también para los negocios. Hace unos años, un estudio encargado por Microsoft descubrió que menos del 20 % de las mejores ideas se concibieron dentro del entorno de trabajo, como en reuniones o lluvias de ideas. De hecho, la gran mayoría de esas ideas surgieron en intercambios casuales con colegas. Esta es otra razón de peso para reservar tiempo a estas reuniones informales.
Por último, si solo te quedas con una cosa, que sea esta:
si es la primera vez que trabajas desde casa y te está costando adaptarte, no te preocupes. Aguanta, cada vez será más fácil. Antes de que te des cuenta, serás todo un profesional y estarás listo para cualquier cosa que te depare el futuro